El primer paso para la aplicación de cualquier producto cosmético o tratamiento estético es la limpieza de la piel. Tanto si lo que queremos es aplicar cosméticos, electroestética , hidroterapia… es necesario tener la piel bien limpia.
Nuestra piel se ensucia no solo por los agentes externos, contaminación, polvo, cosméticos si no por agentes propios como las células muertas, el sebo, el sudor. Y para que la piel quede receptiva a nuestros tratamientos, la limpieza profunda de la misma es el primer paso y uno de los más importantes, si la piel no queda bien limpia no está receptiva a nada que luego le vayamos hacer.
Todas las pieles necesitan limpiarse, todas. Para la piel del rostro tenemos los jabones, las emulsiones limpiadoras, desmaquilladores oleosos y los desmaquilladores tónicos. Tenemos tantos ya que cada uno le va bien a diferentes tipos de piel.
Los jabones: estos van muy bien para las pieles grasas o muy sucias.
Las emulsiones limpiadoras: son las más utilizadas ya que eliminan con mucha facilidad restos cosméticos, suciedad propia de la piel, maquillaje. En su mayoría son O/W por que se retiran mucho mejor.
Los desmaquilladores tónicos: su función es la de cerrar el poro y calmar la piel después de la aplicación de un limpiador anterior, en su composición tenemos agua destilada y alcohol en pequeñas proporciones, más extractos que suelen ser vegetales como la manzanilla, la malva…
Los desmaquilladores oleosos: están pensados sobre todo para la frágil zona de los ojos, su principal componente es aceite (O), de tipo vegetal.
Así que elegiremos el mejor producto para la limpieza de nuestra piel, que nos ayude a dejarla libre de todo resto de impurezas, maquillajes, cosméticos, permitiendo que el tratamiento estético que se le aplique después sea un éxito.